EH Bildu ha propuesto a Pello Otxandiano como candidato a lehendakari para las próximas elecciones vascas de 2024 que se celebrarán el próximo 21 de abril.
- Contexto. Las últimas elecciones en el País Vasco, celebradas el 12 de julio de 2020, reforzaron a Iñigo Urkullu (PNV) que mejoró su resultado al lograr 31 escaños (dos más que en 2016) y pudo revalidar su cargo como lehendakari tras acordar un gobierno en coalición con los socialistas vascos (PSE-EE). EH Bildu, segunda fuerza política, también subió tras los comicios del 2020, al conseguir 22 parlamentarios, cuatro más que en 2016.
El candidato fue anunciado por el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en una comparecencia en diciembre, en la que presentó a Pello Otxandiano como una “inversión cualitativa”. “Nadie duda ni de su solvencia, ni de su capacidad, ni de su compromiso con este país”, indicó Otegi. “Hemos apostado por Pello Otxandiano, porque además de solvencia, seguridad y compromiso con nuestro país, tiene dos cosas muy importantes: pasión por cambiar las cosas y alma por recuperar el estadio y escenario que este país necesita y quiere”, añadió.
Por su parte, Pello Otxandiano agradeció entonces al partido abertzale la oportunidad a través de un mensaje en X: “Si obtengo el apoyo de la militancia, afrontaré este reto con responsabilidad, humildad e ilusión, junto con la comunidad de EH Bildu”.
Quién es Pello Otxandiano, director del Programa de EH Bildu
Pello Otxandiano fue elegido por unanimidad en la dirección de EH Bildu como candidato a lehendakari. Como indica la biografía hecha pública por el partido, Otxandiano es de Otxandio, (Bizkaia), tiene 40 años y es doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones. Hizo su tesis doctoral de cuatro años de investigación en la Universidad de Mondragón y uno en Chalmers University of Technology de la ciudad sueca de Göteborg, donde tuvo la posibilidad de conocer las políticas públicas de los países nórdicos.
El aspirante a lehendakari ha combinado su actividad académica con la política. Fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Otxandio en 2011, el año en el que ETA anunció el “cese definitivo” de la violencia terrorista. Un puesto que ocupó hasta 2015, cuando Pello Otxandiano dio el salto a la cúpula de EH Bildu como director de Programa.
Pello Otxandiano es visto desde su EH Bildu como una persona con un entorno familiar y social “muy comprometido políticamente con el proceso de construcción nacional y social de Euskal Herria” y “muy vinculada al impulso del euskera”. Como indican desde la agrupación independentista, el candidato quedó marcado cuando supo que su bisabuelo y dos hermanas de su abuela materna murieron en el bombardeo de su pueblo natal el 22 de julio de 1936.
“La imagen del lehendakari Agirre en la sala de la casa de su abuela, los ecos de la resistencia antifranquista, la historia de la primera Korrika [una marcha reivindicativa celebrada en País Vasco, Navarra y en el País Vasco francés en apoyo a su lengua autóctona, el euskera] en cuya organización su tío materno tuvo un papel destacado o el compromiso con la cultura vasca y la política municipalista de sus padres influyeron en su pensamiento y vida”.
Según EH Bildu, el objetivo de la candidatura de Pello Otxandiano es “conjugar su formación tecnológica con la vocación política, trabajar en la aplicación de tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial o el Blockchain en políticas públicas que empujen procesos de transformación social y económica”.
- Biografía de Otxandiano publicada por EH Bildu
- Comparecencia del coordinador general del partido, Arnaldo Otegi
- Twitter de Otxandiano
El centenario del fallecimiento de Lenin ha sido celebrado, entre otros, por Sortu en Bilbao, el partido en cuya dirección ha estado Pello Otxandiano, candidato a candidato a lehendakari (¿o en Bildu han renunciado ya al teatrillo?), sí. Cada partido hace los procesos internos y celebra los aniversarios que le da la gana, faltaría más. Pero los referentes históricos que estos eligen libremente importan, y suman o restan. Entre Lenin y el lehendakari Agirre, por ejemplo, hay un océano de distancia. Y entre quien reivindica a uno y a otro, de la misma manera, hay un salto ideológico y, por supuesto, moral.